A finales de junio nuestros compañeros Raúl y Nuria firmaban
con su banco la dación en pago por la que llevábamos peleando meses. En sus circunstancias, con dos hijas y con unos ingresos mensuales de 354 euros, ya fue un logro para ellos deshacerse de su deuda. Pese a que firmar la dación en pago
significó para ellos perder su casa.
Tampoco la Concejalía de Servicios Sociales, con la que nos reunimos antes de que perdieran su casa, les ha ofrecido
hasta el momento ninguna solución, más allá de abonarles el primer mes de
alquiler de una hipotética vivienda que con sus ingresos les resulta imposible
alquilar. Desde el mes de junio Raúl y Nuria viven separados, cada uno en casa
de sus padres, ella en Alcalá, con sus hijas, él en Coslada.
Este martes (sucursal de Bankia de la Calle Entrepeñas, s/n) exigimos a Bankia un alquiler social para Raúl y
Nuria. Su situación personal, económica y familiar es condición suficiente para
acceder a un alquiler social; si realmente es “social”.
Mientras desde la banca y los medios nos quieren hacer creer
en el fracaso del Fondo Social de Viviendas, asegurando que no reciben
solicitudes de las familias desahuciadas, familias como las de Raúl y Nuria
continúan sin respuesta a su petición, rotas por culpa de los abusos de la
banca y el consentimiento de los poderes públicos.
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