La presión popular logra la dación en pago para Tamara e Iván, que
pese a perder su casa no deberán a Bankinter los casi 300.000 euros que les reclamaban por una engañosa hipoteca en yenes
En el caso de Tamara e Iván, solo una protesta a las puertas de la
oficina de Bankinter de Cánovas del Castillo, en el mes de mayo, fue necesaria para que el banco accediera a negociar. Este mes de agosto han firmado su dación en pago. Aunque a medias, es una nueva victoria:
Bankinter no ha aceptado concederles un alquiler social en una vivienda en la
que rehacer su vida, pero
la dación les exime de una deuda que
de lo contrario habrían arrastrado durante toda la vida.
Iván y Tamara, padres de dos hijos de 3 y 6 años,
dejaron de poder pagar la hipoteca en diciembre, después de haber
consumido todos sus ahorros en las letras de su préstamo. Firmaron
su hipoteca en 2008, con la que construyeron su vivienda en Ambite. Un préstamo en yenes que solo conllevaba ventajas, según Bankinter.
Pero no les informaron de que, como acabó ocurriendo, a
medida que subiera el precio de la moneda asiática lo haría en la misma medida
el capital de su préstamo. Igual que subieron sus letras, bajaron sus ingresos,
cuando hace dos años Iván tuvo que cerrar el negocio en el que trabajaba
como autónomo.
Durante cinco años abonaron 60.000 euros del capital de su
hipoteca. Paradójicamente, poco había disminuido su deuda cuando dejaron de
poder hacer frente a los pagos.
Bankinter les reclamaba 50.000 euros de capital
de más por la conversión de su deuda de yenes a euros.
Antes del pasado 8 de mayo, cuando nos concentramos a la
entrada de la sucursal, varias sentencias ya habían planteado en España el
carácter abusivo de las hipotecas multidivisa. Como la de un juzgado de Alcalá
que supuso
la primera suspensión de una ejecución hipotecaria en la ciudad.
Pero,
sin la presión popular, difícilmente la entidad habría accedido a
negociar con ellos. Ya antes les habían negado cualquier tipo de diálogo.
El caso de Tamara e Iván es un logro más para la PAH del Corredor
del Henares que nos anima a seguir luchando. Seguimos peleando por la
paralización de los desahucios, la dación en pago y el alquiler social.
Esta mañana hemos dejado por unas horas la azotea de la familia Gracia González, la humilde vivienda de los años cincuenta del barrio de Tetuán
ubicada entre una masa de bloques de pisos sobre la que pesa desde hace días
una orden de demolición. Lo hemos hecho para llevar al centro de Madrid su
historia, otro vergonzoso caso en el que
los intereses especulativos parecen primar más que el derecho a la vivienda
de una familia, en cuya casa viven además dos personas de edad avanzada y tres
menores.
Este viernes 23 volvemos al edificio de la calle Ofelia Nieto, 29, para dar
nuestro apoyo a la familia Gracia González, sobre cuya vivienda quieren poner
sus garras el Ayuntamiento de Madrid y la constructora Grupo Ortiz.